17/7/10

El futuro de los “Estudios Culturales” - Williams

Los “Estudios Culturales” se basan tanto en la formación y en el proyecto intelectual de la sociedad, prestándoles a ellas una importancia por igual (en lo que radicó la diferenciación de este trabajo con el resto). Estos dos conceptos (proyecto y formación) abordan procesos que asumen diferentes formas materiales en formaciones sociales de tipo creativo o crítico.
Tenemos que observar a partir de qué tipo de formación de desarrolló el proyecto de “Estudios Culturales”, y luego los cambios de formación que produjeron definiciones diferentes de él.
A fines del siglo XIX surgió un cambio cultural en donde las personas adultas que no había recibido una educación continua y a su vez las mujeres, que no habían podido continuar sus estudios, continuaban leyendo literatura imaginativa y querían discutirla dentro de cierto contexto (contexto que no les era brindado por las universidades); el problema surgió cuando este tipo de estudios ingresó a la universidad ya que el mismo marginó a los dos grupos de orígenes que lo habían hecho surgir.
En los años 30 y sobre todo en los 40, los estudios culturales tenían una importancia decisiva en la educación de esos grupos marginados. Estos estudios se formalizaron en textos posteriormente, ganando cierto reconocimiento por las instituciones educativas.
Surge el proyecto de Universidad Abierta que fue un intento de democratización de la cultura, dicho proyecto no surgió como una imposición de burocratizar un programa cultural para ilustrar a las masas, sino que fue genuinamente un intento de brindar educación en forma abierta a la población. Dicho proyecto de “universidad popular” es lo que termina siendo el origen de los “Estudios Culturales” proyecto que intenta convertirse en un tipo de análisis intelectual que pudiera brindarle cierto marco formal a la educación popular.
En la dimensión sociológica de “Estudios Culturales” está el problema entero de la relación entre una obra contemporánea muy enfocada en primer plano, lo cual es necesario para la historia, y las interpretaciones muy complicadas de esta última que no deben reducirse a la historia popular o laboral porque sino se aisla a la clase de relaciones que la constituyen.