25/8/10

El autor como productor - Benjamin

"Se trata de ganar a los intelectuales para la clase obrera, haciéndola tomar consciencia de la identidad de sus diligencias espirituales y de sus condiciones como productores" Ramón Fernández

Para el escritor burgués no existe la alternativa de escribir lo que quiera, mientras que un escritor progresista la tiene y su decisión se basa en la lucha de clases al ponerse del lado del proletariado. Pero entonces él también pierde su autonomía ya que orienta su actividad de acuerdo a lo que le sea útil al proletariado en la lucha de clases.
Existe una interconexión en la producción del escritor entre los factores de la calidad y la tendencia (la tendencia es un elemento inadecuado para la crítica literaria política). La tendencia de una obra literaria sólo puede concordar políticamente si también lo hace literariamente; es decir que una correcta tendencia política incluye una tendencia literaria, a su vez esa tendencia literaria es la que constituye la calidad de la obra. El tratamiento dialéctico nada puede hacer con cosas aisladas tiene que instalarlas en contextos sociales vivos. La competencia literaria no se basa ya en una educación especializada, sino en una politécnica; es decir que se literalizan las condiciones de vida.
En la prensa la distinción entre autor y lector se pone en revisión.
El lugar del intelectual en la lucha de clases sólo podrá fijarse sobre la base de suposición durante la producción.
Bretch dice sobre este tema que el aparato de producción no debe ser pertrechado sino modificado socialmente. El aparato burgués de producción asimila grandes cantidades de temas revolucionarios sin poner en riesgo su propia existencia ni la de su clase. Retomando el tema de la tendencia, debemos decir que la misma es falsa si no enseña la actitud con la que debe ser seguida y esta actitud quien debe enseñarla es el escritor al escribir. Sobre este tema cuando es cuestionado Maublanc él responde que escribe para un público burgués porque es proclive a dirigirse hacia ellos porque es su propia clase.
La proletarización del intelectual casi nunca crea un proletariado porque la clase burguesa le dio en forma de educación un medio de producción y por haber sido educado bajo el mismo se vuelve solidario con ella.
Argón dice en relación a esto "El intelectual revolucionario aparece como un traidor a su clase de origen"; esa traición consiste en el el escritor en ser el que preve el aparato de producción y tiene como tarea acomodar dicho aparato a las finalidades de la revolución proletariada. Porque la lucha revolucionaria no se debate entre el capitalismo y el espíritu, sino entre el capitalismo y el proletariado.