Peter Burke en "Visto y no visto, el uso de la imagen como documento histórico" plantea si el retrato es un espejo o una forma simbólica ya que las poses y los objetos representados están cargados del sistema simbólico de su tiempo.
Con el paso del tiempo y el uso de escenografía se ve un interés por afirmarse personal y socialmente.
El retrato es un signo que comprende desde la descripción de un individuo hasta su inscripción en una deseada identidad social. Cada retrato para cada ciudad era una forma de autoreconocimiento y un símbolo de pertenencia.
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